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jueves, 7 de abril de 2016

EL DINERO MALDITO DE DON DARÍO



En una soleada tarde del Soconusco,justo cuando el calor se sentía más fuerte ,mis hermanitos y yo nos íbamos a bañar al tanque que estaba junto al centro de la gran casona de mis abuelitos.Cada vez que nos acercábamos al tancón como le decía la "piruleta",la hija más pequeña de una de las muchachas que trabajaban en la casa.Mi abuelita nos recomendaba cariñosa:"tengan cuidado hijitos,no se metan al tanque,no se vayan a ahogar"
finca Argovia en el soconusco



Y es que esa casa antes había sido de los patrones de mis abuelos,unos señores venidos de Guatemala que habían llegado a ser muy ricos,habían llegado a tener muchos sembradíos de café y cacao.La historia ya nos la sabíamos muy bien,porque mi abuela la contaba con mucha frecuencia,persignándose siempre al terminar el relato.


Cuando don Darío y su mujer llegaron de Guatemala,compraron esta casa,no tenían mucho dinero,solo el necesario para comerciar con semillas y otros productos de la región,ellos tenían varios hijos;Carmen,la mayor,Manolo,el que seguía y Darío el menor a quien doña Chabelita colmaba de mimos y atenciones.

La gente cuenta que don Darío encontró dinero enterrado en la casa y que cuando lo sacó pagó una mínima cantidad al señor que lo ayudó a sacarlo y mando a construir un enorme tanque,justo encima de donde había estado enterrado el dinero,para que la gente creyera que tanta tierra era para construir y no para desenterrar.
Dicen también que el viejito que lo ayudó a sacar el dinero le dijo a don Darío que necesitaba hacerle un novenario de rezos al dueño del dinero para que su alma descansara en paz,pues es común que los espíritus de los muertos queden vagando donde dejan sus tesoros,sean estas riquezas o afectos.
Don Darío no hizo caso a estas recomendaciones a lo que el viejito advirtió :"se va usted a arrepentir,le va a caer la sal y el muerto no lo va a dejar en paz hasta que le haya tomado algo que es suyo,como hizo usted con él".

Y es que siempre que uno encuentra dinero enterrado,hay que pedirle permiso al dueño para poder usarlo.
A don Darío le entró un poco de miedo,sin embargo,acallando su conciencia,le dió mas dinero al viejito y lo corrió de Tapachula;-vete- le dijo,"Dios lo perdone" fue lo único que alcanzó a decir el ayudante y se fue;nunca jamás se volvió a saber de él.
En cambio don Darío puso una gran tienda de ropa,la misma que creció bastante.Toda la gente de los lugares cercanos llegaban a comprar ropa y telas a su lujosa tienda.Todo le sonreía hasta que tiempo después se supo que había tenido que regresar a su tierra porque su hijo Dariíto se había ahogado en el tanque que había mandado construir.


Doña Chabelita lloró desconsoladamente la muerte de su hijo preferido hasta que enfermo gravemente y murió.Con tanta tragedia a don Darío no le quedó más que salir de la ciudad con sus dos hijos y regresar a la tierra de donde quizás nunca debió salir.
Cada vez que mi abuelita cuenta la historia,por qué la sigue contando...Una lágrima rueda por su mejilla.

Autor


GUMASAT
EXTRAÍDO DEL LIBRO:
"La ceiba encantada y otras leyendas chiapanecas"