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miércoles, 11 de marzo de 2020

El ovni de Valencia

El caso del aeropuerto de Manises (Valencia) es sin duda uno de los más recordados. Incluso un caza del ejército español salió en busca del objeto no identificado. Todo ocurrió cuando un vuelo comercial de la ya desaparecida compañía TAE, con 109 pasajeros a bordo que hacía la ruta Salzburgo-Tenerife y que había hecho escala en Mallorca, aterrizó de emergencia en el mencionado aeropuerto al ver que el avión, según relata la crónica de La Vanguardia de aquel día, estaba siendo seguido por “una extraña y potente luminosidad”

La crónica relata que los mismos operarios del aeropuerto de Manises “detectaron la presencia de un objeto no identificado cuya luminosidad fue apreciada por varios testigos de la zona, que aseguran vieron descender la luz como si amerizase en un lugar impreciso”.

El propio jefe del aeropuerto, el ingeniero aeronáutico Miguel Morlán, explicaba que el extraño objeto se hallaba a unos 9.000 pies de altura. La crónica subraya que “el ovni fue visible desde el aeropuerto valenciano durante casi dos horas”.

El informe desclasificado del Ministerio de Defensa relata lo que vio la tripulación del aparato, “dos luces rojas intensas” que se encontraban en su trayecto y que suponían un peligro de colisión. El informe también explica que un Scramble de la base aérea de Albacete despegó para ir en busca del aparato, pero que no pudo dar con él.


viernes, 22 de julio de 2016

EL DUENDE DEL LADRILLAR (ESPAÑA)




Últimos días de febrero de 1907, El Ladrillar, pequeña aldea ubicada en lo más profundo de las Hurdes extremeñas. Al caer la noche, unos gritos guturales resuenan por las callejuelas empedradas

La gente corre a encerrarse en sus casas y tan apenas unos pocos se atreven a observar tras los empañados cristales, como un extraño y pequeño ser de extremidades cortas y cabeza desproporcionada, se pasea sin rubor flotando en el aire por las afueras del pueblo, acompañado por dos pequeñas luminarias.

Estos hechos, que ahora os contaré con más detalle, pueden parecer a priori el argumento de una película de serie B de los años setenta, pero tales sucesos fueron reales, y así quedaron registrados en diversas actas oficiales de la época por vía del párroco Isaac Gutiérrez, que semanas después de vivir en primera persona estos insólitos hechos, los relató a viva voz en el primer congreso de Hurdanofilos celebrado ese mismo año en Plasencia, ante toda una cohorte de personajes acaudalados e influyentes y ante el mismísimo obispo de Cáceres y Coria.

Hasta hace unas décadas, los testimonios de los ancianos que vivieron los acontecimientos de aquellos 26,27 y 28 de febrero, respaldaban con gran exactitud los legajos con el testimonio del párroco, que se conservan todavía en el Archivo Episcopal de Cáceres. También se conserva el acta de defunción de la pequeña María Encarnación Martín, que señala que el óbito se había producido por causas absolutamente desconocidas, y que cayó fulminada ante el fulgor de una de las luminarias que acompañaban al que, desde entonces, se conoce como “el duende de Ladrillar”.

El duende apareció un día sin aviso previo, en las cercanías del cementerio de la pedanía y lo volvió a hacer durante los dos días posteriores para desaparecer sin dejar huella y no volver jamás. Según Isaac Gutiérrez, “el duende vestía ropajes ceñidos y oscuros enfundados en un menudo cuerpo, la cabeza era desproporcionada por lo grande, y las extremidades cortas”.

Descripción que a todos nos puede sonar hoy en día a los típicos encuentros con personajes supuestamente de origen extraterrestre, pero que en aquellos tiempos todavía era un concepto completamente desconocido, y todavía más para unas tierras como las Hurdes, aisladas del mundo y completamente ignorantes en estos aspectos

Serafina Bejarano Rubio, que vivió aquellos sucesos cuando tenía 9 años, lo relataba del siguiente modo: “Yo tendría nueve años. Y todo lo recuerdo perfectamente como si hubiera pasado hoy. Fueron tres días los que se apareció aquel “tío”. Venía volando, a no mucha altura y perseguido de dos luminarias redonditas y fueres. Casi nunca hacía ruido, pero a veces gritaba…, era como un “uuuua, uuuuua” que nos ponía de miedo. La gente se arrejuntaba en aquella placilla de abajo y veíamos cómo aquel demonio flotaba hasta esa arboleda de ahí enfrente. Uno de los días llegó a aposarse muy cerca del cementerio. Daba como un “rivoloteo en el aire” y volvía otra vez para una casa de allí. Estábamos muy asustados… todos le teníamos miedo. Luego hubo un día que no volvió más y por eso se quedó lo del duende. Dicen que el cura lo expulsó, que llegó a pelearse con él. Pero eso ya no lo sé. Iba vestido de negro y era chiquito, chiquito… parecido igual a un mono. Yo tenía nueve años… pero nunca podré olvidarlo”.

En otro momento, según cuentan las actas, una de las luminarias que acompañaban al llamado duende sobrevoló a un grupo de chiquillos entre los que se encontraba la misma Serafina Bejarano. El párroco siguió la escena desde el pórtico de la iglesia y observó, al igual que multitud de asustados vecinos, cómo una jovencita de tan sólo cinco años caía al suelo de modo fulminante. La pequeña María Encarnación moría días después del suceso, el 2 de marzo, sin que nada se pudiese hacer por salvarla y sin una causa concreta o conocida para su muerte.

¿Que ocurrió realmente durante aquellos tres lejanos días de 1907? Los más escépticos opinarán que todo esto no son más que cuentos de viejas, otros dirán que algo sucedió pero que se ha sacado de contexto. En este aspecto se puede leer en algunos sitios que el supuesto duende no fue más que un pájaro negro, un cuervo posiblemente quizás de un tamaño más grande de lo normal y que merodeó por aquel pueblo durante los mencionados días, a la aparición de este pájaro se le atribuiría la mala suerte que corría el pueblo y la elevada mortandad que sufrían sus gentes. Con el tiempo, la historia habría degenerado en lo relatado más arriba. Es posible, quien sabe… lo único cierto es que algo sucedió en el Ladrillar y aquí os he contado lo que por tradición oral o escrita ha quedado de todo ello. A partir de aquí, cada uno puede sacar sus propias conclusiones.



Estaría bien situarnos un poco en el espacio y en el tiempo en los que sucedieron estos y muchos otros acontecimientos misteriosos en éste inhóspito rincón de la España profunda. Hoy en día, los 600 kilómetros cuadrados que conformaron el “país hurdano”, territorio situado a caballo la provincia de Cáceres y Salamanca, han dado un giro radical en todos los aspectos y para mí personalmente, es una de las zonas más bellas de España. Pero durante muchísimos años, esta zona fue considerada por muchos, (algunos que jamás llegaron a pisarla), como la representación más fiel del infierno en la tierra.

La primera referencia histórica de las Hurdes puede encontrarse siglo XVII en la obra “Curiosa Philosophiae” (”Curiosa filosofía”) del filósofo jesuita Juan Eusebio Nieremeberg, más conocido como el Padre Nieremberg. Éste describió Las Hurdes en los términos desoladores: “Existe en este reino un áspero valle infestado de demonios, un lugar que los pastores creen habitados por salvajes; gente ni vista ni oída, de lengua y usos distintos a los nuestros. Son hombres y mujeres que andan desnudos pensando ser solos en la tierra”.

En 1907, el antropólogo francés Maurice Legendre se instaló entre los hurdanos para escribir su célebre obra “Etude de geographic humaine” (”Estudio de la geografía humana”), un trabajo de investigación que llevó la miseria y la desolación de los hurdanos a los ojos del público mundial en 1909. Desde entonces, decenas de investigadores acudieron a la desconocida región para estudiar aquellos tristes seres desnutridos y abandonados en las agrestes tierras extremeñas.

Así contaba por ejemplo Georges Borrow, en su “La Biblia en España” del año 1921: “No hay tierra como ésta. Tiene sus secretos y sus misterios. Muchos se han perdido en ella y no han vuelto a saberse su paradero. Cuentan que en ciertas lagunas existen horribles monstruos y que en los ásperos valles sólo alumbra el sol a mediodía, reinando las tinieblas el resto de la jornada”.

Vicente Barrantes, explorador extremeño que recorrió las cuarenta alquerías que conformaban las Hurdes, dijo a su vuelta: “En los lugares de acceso a las alquerías cortan el camino los hurdanos. Desnutridos y harapientos, con mirada fija en el suelo, acaban huyendo de modo espantoso, brincando entre los riscos con la agilidad propia de las cabras por mucha que sea su edad. Otros, los más, se retiran asustados a sus inmundos cobertizos, guardando silencio ante la llegada del forastero. Nadie sabe qué edad tiene, ni muchos cuál es su familia. Si así se presentan en los albores del siglo XX ¿Cómo lo harían en 1600?“.

En 1922, el rey Alfonso XIII viajó a Las Hurdes para vivir en su propia piel la desgracia humana. Su visita trajo consigo la puesta en marcha del Patronato de Las Hurdes, destinado a llevar la modernidad a aquel recóndito lugar en ruinas.

En 1933 llegaría el polémico documental de Buñuel “Las Hurdes, tierra sin pan”, censurado en España y cuyas estremecedoras imágenes conmovieron al mundo e indignaron a cientos de hurdanos. Y es que parece ser que el director de cine aragonés no se contentó con reflejar la triste realidad de la comarca, sino que se valió de cuestionables estrategias para incrementar el impacto visual y humano de su trabajo. Una de las escenas más conocidas refleja un asno despeñándose por un escarpado precipicio. Lo que ante ojos de muchos espectadores pudo parecer un accidente, en realidad fue un hábil montaje del director cuya víctima fue el indefenso burro: lo abatieron de un disparo cuando se encontraba al borde del acantilado.

Por suerte, esta estampa que es cosa del pasado y tan solo lo más viejos recuerdan las penurias que pasaron en esta tierra de pizarrales, convertida hoy viñedos y tierras de buen ganado. Pero lo que si que perdura de aquellos tiempos son las decenas de leyendas sobre luces misteriosas y aparecidos, sobre maldiciones y encuentros con personajes siniestros y terroríficos y que os iré desvelando en sucesivos posts. No en vano, este territorio ha estado ocupado desde hace más de 5000 años por diferentes pueblos y culturas, y buenas muestra de ello son los numerosos restos arqueológicos en los que antiguas culturas dejaron su huella inscrita en piedra, enigmáticas runas e inquietantes figuras de aspecto humanoide que todavía encierran muchos secretos por desvelar.


fuente


https://misterios.co

miércoles, 26 de agosto de 2015

Las luminarias fatales


El trágico caso de Nicolás Sánchez Martín.

Fue a primeros de noviembre de 1917. Nicolás Sánchez Martín " Colás "vecino de Cambroncino, hombre cabal y trabajador, atendía su negocio (criaba cerdos y vendía fruta entre otras cosas). Un buen día habiendo realizado una venta de marranos en el mercado de Ahigal, cuando deshacían lo andado (iba acompañado de dos vecinas de Cambroncino: María Iglesias, la Habanera y su hermana Pepa) y a punto de asomar por el puerto,vieron una luz que flotaba sobre el río, las dos mujeres estimaron prudente pernoctar en Rivera Oveja, sin embargo " Colás " siguió monte abajo, con la única compañía de la mula y un machete. Pero, cuando se disponía a cruzar la torrentera, la luz voló a su encuentro, esperándole al otro lado del río." Colás " y la mula salvaron las aguas y, nada más pisar tierra la luz se interpuso en su camino. Al intentar pasar y ser obstaculizado por la misteriosa luz el hombre echó mano de su cuchillo y le gritó " O te apartas o te aparto ". La luz entonces arremetió contra las patas de su caballería y a duras penas entre coces y brincos ganaron la orilla. El hombre quedo muy impresionado y sin aliento y así estuvo durante tres días. 
 
El hecho es que " Colás " un hombre robusto y de excelente salud, y que en aquellos momentos contaba con la edad de treinta y nueve años, se debatió durante nueve días entre la vida y la muerte, falleciendo finalmente al noveno día de su encuentro con la extraña " Luminaria " entre terribles dolores. Su muerte según certificó el galeno que le atendió en sus últimos días, Don Víctor Sánchez Hoyos, se produjo por una pulmonía, aunque la familia del fallecido sostuvo siempre que fue a causa de la impresión que el bueno de " Colás " sufrió al encontrarse con la mortífera luz.

Historia de Extremadura,España.

lunes, 3 de agosto de 2015

EL DUENDE DE LA HORNILLA (ZARAGOZA,ESPAÑA)

En el último trimestre de 1934, en el segundo piso del edificio situado en la calle Gascón de Gotor número 2 de Zaragoza, propiedad de Antonio Palazón y donde residía la familia Grijalba, tuvo logar un hecho que conmocionó al país entero y que, aun hoy, sigue sin respuesta.
En la cocina de la casa, concretamente dentro de la hornilla de carbón, se empezó a oír una voz de origen sobrenatural, que la prensa bautizó como “el duende de la hornilla”, y que hablaba a los inquilinos del inmueble.
Las brigadas municipales levantaron el suelo de la cocina y buscaron mecanismos ocultos que hicieran posible la voz del duende, pero no hallaron nada. Tambien se acusó a la criada de la familia, Pascuala Alcocer, de ser ella misma, poniendo voces extrañas, la causante de todo aquel jaleo, sin embargo los doctores Penella Murt y Rost Ojer, atestados forenses, descartaron esa posibilidad:
“No descubrimos en ella fabulaciones -dictaminó la comisión médica-, tendencia a la mentira ni simulación. Alejada la muchacha de la cocina, continúan dejándose oír la voz. No podemos probar siquiera que se trate de una histérica, ni tampoco de una médium. Tanto la policía como los fontaneros, electricistas y albañiles han hecho diversas inspecciones, no habiendo encontrado instalación alguna que conduzca a la voz fantasmal”.
“The times”, el famoso rotativo británico publicó el 27 de noviembre de 1934 la siguiente noticia:
Un irónico duende, que habla por la campana de una chimenea, tiene sobresaltados estos días a los habitantes de Zaragoza, los cuales se afanan de dar con la pista de la misteriosa voz. Un arquitecto y varios obreros han sido requeridos para trabajar sobre el terreno: han removido todo el piso e incluso han levantado el tejado, pero los trabajos han sido totalmente infructuosos. La policía trabaja activamente. No se ha podido impedir que grupos estacionados frente a la casa se destacasen varias personas y se lanzaran al techo, presas de gran alteración nerviosa, para buscar al duende. La policía se ha visto obligada a desalojar varias veces la puerta de la casa”.
Motivados tal vez por este artículo de su “rival” británico, diferentes periódicos nacionales como “Crónica” o “La nación” se hicieron eco de la noticia publicando diferentes crónicas del caso, así como lo que (supuestamente) decía el “duende”; frases como “¡Ya estoy aquí!” o “Ya estoy aquí. Cobardes. Cobardes.” Pero fue sin duda la conversación que mantuvo con un oficial que contribuía al desalojo del edificio para un estudio de campo, la que despertó más interés:
Policía: ¿Quién eres?, ¿Por qué haces esto?, ¿Quieres dinero?
Duende: No.
Policía: ¿Quieres trabajo?
Duende: No.
Policía: ¿Qué quieres hombre?
Duende: Nada. No soy hombre.
Después de esta corta plática el policía continuó preguntando, pero no obtuvo más respuestas. Más tarde, ese mismo día, durante la investigación de campo y con el edificio completamente desalojado, los doctores Murtz y Ojer tomaron fotografías y recogieron psicofonías. Estas pruebas dieron pie a que se cerrara el caso de manera inmediata. ¿Pero qué fue lo que descubrieron?
El gobernador civil de la provincia de Zaragoza, Otero Mirelis, emitió el siguiente comunicado:
“Son ya muchos los días que se está tratando la cuestión del duende, sin que se haya puesto la menor dificultad a la exposición de las más variadas noticias y comentarios, que no han tenido otra virtualidad que la de colocar a Zaragoza en un plan de actualidad, no sabemos si beneficioso o perjudicial.
Al objeto, pues, de evitar ridículos y situaciones poco gratas, creo que será prudente y necesario silenciar el asunto hasta que la policía descubra al que, con sus espaciadas monosílabas frases, ha llegado a atraer la atención del país y tal vez preocupar a algunas personas. Confío en que muy pronto hemos de conocer al chusco y que así desaparecerá la infundada inquietud que este hecho haya podido
despertar, y por ello ruego a la prensa atienda mi indicación”
A las pocas semanas, un nuevo juez entraba en escena. El magistrado del Juzgado de Instrucción número 2, Pablo de Pablos, cedía la investigación al letrado Luis Fernando, juez municipal del Distrito 3, y este retomaba las pesquisas acompañado por el doctor Gimeno Riera.
La autoridad emitió su veredicto final el día 3 de diciembre de 1934:
“Primero quise oír la misteriosa voz. Las experiencias realizadas demuestran con absoluta claridad que la voz es debida a un fenómeno psíquico que únicamente se produce en determinadas circunstancias. En la cocina de la casa nos encontrábamos la muchacha de servicio de los antiguos inquilinos, dos testigos y yo […]. Bajo el punto de vista científico no puede ser más interesante y sugestivo, pues aunque no es el primero que se produce, son muy contados los que se registran en la historia médica. Las actuaciones practicadas serán archivadas hoy, por no haberse encontrado persona responsable de la falta. El misterioso suceso ha quedado totalmente aclarado.”
hornilla de carbón,de donde salían las voces



Sin duda fue el carpetazo definitivo para cerrar el caso por parte de las autoridades. El segundo expediente forense apuntaba a la sirvienta como sospechosa de ser responsable de la voz. Pero ¿cómo fue posible que el “duende de la hornilla” se manifestara en su ausencia y con el edificio desalojado?
Ni Pascuala Alcocer, que tras la sentencia fue desterrada a su ciudad natal, ni ninguna otra de las personas del inmueble podían ser los responsables. Todo se orquestó de una forma predeterminada para acabar con un asunto que molestaba a las autoridades.
En diciembre de 1934 se cerró el caso alegando que el duende desapareció. Pero se sabe que el día del 3 de diciembre la voz les dijo: ¡Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa!, ¡Cobardes, cobardes, voy a matar a los habitantes de esta maldita casa!”
Nadie murió, pero algo se captó en la última investigación de campo que hizo que el caso se cerrara precipitadamente, nunca se supo el resultado de las psicofonías, pero se filtró cuarenta años después una fotografía.
El edificio original fue demolido, y el actual tiene por nombre “edificio duende”, en honor al caso que sobrecogió no solo a la España republicana, sino a gran parte de Europa.
FUENTE:
Christian López | Colaborador en Informe Insólito

lunes, 6 de julio de 2015

EL HUMANOIDE GIGANTE DE SANGONERA (murcia-España)





El 13 de Julio de 1979 el diario LA VERDAD de Murcia publicaba en su portada solo dosnoticias. Una de ellas cubría casi el 70 % de su superficie: la tragedia del Hotel Coronade Aragón, ocurrida en la mañana del día anterior, cuando un terrible incendio acabó conla vida de mas 70 personas y produjo mas de un centenar de heridos, entre ellos la viuda del General Franco y su yerno, el Marqués de Villaverde. La otra noticia era sobre algo muy distinto. En un recuadro en el ángulo inferior derecho podía leerse: “En Sangonerala Verde posible encuentro OVNI en la tercera fase”.



En la página 7 del diario de máxima difusión en
la Región de Murcia, una noticia sorprendente
ocupaba toda la extensión de la misma, su
título: “La Verdad en la zona de un posible
encuentro OVNI en la tercera fase”, “Vimos un
ser de dos metros y medio con escafandra”.

Un artículo del periodista Antonio López, con
cinco fotografías del reportero gráfico Tomás,
contaba la aventura vivida por cuatro
muchachos de edades comprendidas entre 14
y 18 años en un paraje próximo a la pedania
murciana de Sangonera la Verde en las
cercanías de la Sierra de Carrascoy.


El relato de Antonio López contaba que los
cuatro jóvenes habían subido al monte por la
noche a cazar tórtolas. Se desplazaban en
dos ciclomotores (Antonio y Jesús iban en uno
y Ginés y José en otro). Seria poco mas de
las doce, cuando se encontraban en el paraje
conocido como “Fuente del Perro”, entonces se
percataron de la presencia de una potente luz
encima de un montículo denominado “Cabezo Colorao”.
Estaban debajo de un pino cuando vieron la
luz, uno de los muchachos (Ginés) dirigió el
faro de su moto hacia lo que ellos
denominaban “el planeta” y dando puño a moto
parada lanzó destellos de luz, tras lo cual el
objeto pareció “responder” emitiendo un rayo
de luz que cambiaba de intensidad. Entre esa
especie de juego y la observación expectante
de aquel objeto, transcurrieron unos cuarenta y
cinco minutos.

Antonio Guirao ha afirmado recientemente
que el tiempo en que estuvieron 


viendo el objeto no fue superior a veinte 
minutos, muy inferior en cualquier caso a los
tres cuartos de hora de los que informaba en
su día en el reportaje de “La Verdad”.
El objeto no era demasiado grande, los
testigos lo describen como de un tamaño
semejante a un coche, con un gran foco de
luz amarillenta y absolutamente silencioso.
Aunque Antonio Guirao también nos dijo
recientemente que el objeto emitía luces de
distintas tonalidades, amarilla, roja, verde.
Según el articulo de “La Verdad”, así como
el testimonio de Antonio Guirao , los
muchachos no sintieron temor cuando vieron
el objeto luminoso, sino cuando mas tarde
escucharoncrujir ramas, como si alguien se aproximara
caminando.




Fue en ese momento cuando se
percataron de que, a unos pocos metros,
avanzaba hacia ellos un individuo de

aspecto humanoide de gran estatura (unos 2
metros y medio se recoge en el artículo) y
provisto de “una especie de gabardina, algo
plastificado, con cremallera y bolsillos con
rayas en el pecho. De color negro u oscuro.
Y una especie de careta o casco en la
cabeza”, lo que les produjo un inmenso
temor y huyeron rápidamente con los
ciclomotores en dirección al pueblo.

Recientemente Ginés Jiménez aseguró

que vio como el ser se bajo del objeto y se
dirigió hacia ellos y que cuando estaba cerca
les habló en un idioma que no podía
comprender. Sin embargo Antonio Guirao
reafirma lo publicado en “La Verdad”,
declarando que no vieron a aquel ser hasta
que escucharon el crujir de ramas, no
habiéndolo visto descender del objeto.
En cuanto a la descripción del ser Ginés y
Antonio coinciden salvo en que Antonio dice
que en el pecho llevaba una especie de
marcas reflectantes solo en el lado derecho,
mientras que Ginés dice que las tenia en
ambos lados.
Los muchachos no pararon hasta llegar a las
primeras casas del pueblo. Por el camino
la moto que conducia Ginés Jiménez se pinchó, pero tal era su temor
que no quisieron detenerse y continuaron la
marcha, llegando con el neumático
destrozado.
Sobre la una de la madrugada varios
vecinos que estaban jugando una partida en
el bar “La Morena” , que se encontraba al
principio de la población según se bajaba del
monte, vieron llegar a los muchachos con el
gesto desencajado y presas del pánico.
Aunque en principio no creyeron la historia
que contaban acabaron dudando ante el
estado de excitación y nerviosismo que
presentaban los cuatro jóvenes.

Así que una media docena de hombres
cogieron dos coches y acompañaron a
Ginés Jiménez al lugar desde el que
habían estado observando el objeto y al
extraño ser, quedando el resto de los chicos
en compañía de otros clientes del bar en la
puerta del mismo.


Francisco Martínez, un trabajador
metalúrgico de 39 años, que se encontraba
entre los que se quedaron en la puerta del
bar “La Morena”, declaró al diario “La
Verdad” que al instante de haber partido los
dos vehículos “vimos como esa cosa, lo que
fuera, despegaba de encima del monte,
daba una vuelta y tomaba rumbo a
Cartagena. Fue lo único que vimos, porque
los que se fueron en los coches no 

encontraron nada”.

En las entrevistas realizadas recientemente
a Antonio Guirao y a Ginés Jiménez 
nos dicen que el objeto al marcharse lo hizo
en dirección a la Sierra de Carrascoy, es
decir hacia Andalucía, no en dirección a
Cartagena como afirma Francisco Martinez
en el reportaje de La Verdad.

Continua este reportaje diciendo que alguien
informó que un hombre que vive en pleno
monte, muy cerca del lugar del supuesto
aterrizaje, había sido testigo de un
fenómeno parecido ocurrido con
anterioridad, así que localizaron a 

el pastor que observó un objeto semejante tres meses antes.
informó que un hombre que vive en pleno
monte, muy cerca del lugar del supuesto
aterrizaje, había sido testigo de un
fenómeno parecido ocurrido con
anterioridad, así que localizaron a Prudencio
Jiménez Hernández, un pastor de 65 años
que confesó no haber creído nunca “en
estas cosas”, pero que desde su propio
domicilio, un casa solitaria construida en
mitad del monte donde tiene su ganado, fue
testigo tres meses antes de una extraña
visión, algo que hasta entonces no había
contado por temor a que nadie le creyera.
Sobre la medianoche, también encima del
“Cabezo Colorao”, divisó un objeto que
emitía una fuertes luces y hacia ruido. No
podía ser un avión porque Prudencio estaba
muy acostumbrado a ver aviones pasar y


aproximarse a la pista de la Base Aérea
militar de Alcantarilla, que está muy cerca.

El sabía que los aviones tienen luces de
posición rojas y verdes “pero esto tenía una
luz fuerte, aunque yo no veo bien, y hacia
ruido, lo escuché aunque soy un poco duro de oído”.
Al observar este objeto, Prudencio entró a la
casa para llamar a su nieta que estaba


durmiendo para que viese algo que para él
era extraordinario, pero cuando ambos
salieron fuera solo pudieron observar como


aquello levantaba vuelo y se marchaba.
El reportero Antonio López y el fotógrafo
Tomás subieron a la cima del “Cabezo
Colorao”, encontrando unas curiosas huellas
semejantes a pisadas, pero no de un zapato
normal, estaban formando ángulo y eran
demasiado profundas, “solo las puede haber
dejado un par de botas muy pesadas de alguien muy alto”.
Por aquellas fechas, el equipo de investigación
del ufólogo murciano Jesús Sancho se
desplazó al lugar del caso y encontró huellas
de un posible trípode de aterrizaje del objeto
sobre el “Cabezo Colorao”, así como una 
sorprendente huella de calzado plano de 38 cm 
de longitud. 
Ginés Jiménez afirma que por donde 
anduvo el extraño ser encontraron vegetación 
aplastada y Antonio Guirao dice que en lo 
alto del “Cabezo Colorao” podían verse las 
huellas de un trípode, una especie de triangulo 
isósceles, así como dos huellas de zapatos de 
grandes dimensiones, una completa y la otra 
media.
FUENTE:


ARTICULO ESCRITO POR JOAQUIN ABENZA, CONDUCTOR DEL PROGRAMA DE RADIO ¨EL ULTIMO PELDAñO¨
PARA LA REVISTA:
LA LUCERNA DE CARONTE- Nº 2 – AÑO II – ENERO-MARZO 2011










martes, 26 de mayo de 2015

EL ESCORNAU DE AIGHAL (EXTREMADURA-ESPAñA)



Extremadura, a parte de sus riquezas arqueológicas, posee un amplio folklore compuesto por mitos y leyendas que, por desgracia, se están perdiendo. Se han conservado por tradición oral, de abuelos a nietos, pero pocos los recuerdan ya y menos aún son los documentos que los recogen.



El Escornau, un castigo divino


Una de estas preciosas leyendas es la del Escornau. Tuvo lugar en las proximerías del arroyo Palomero cerca de Ahigal, pequeño pueblo del norte de Cáceres. No se sabe con exactitud la fecha del origen del Escornau, pero las investigaciones lo sitúan en la misma época en la que se trasladó la antigua ermita de Santa Marina desde una pequeña villa llamada “Las Canchorras” a las proximidades del pueblo en torno al S. XVI.

Sobre qué era el Escornau existen varias versiones. Todas coinciden en que este ser fue enviado por Dios como castigo divino en virtud de las maldades que habían cometido los aighalenses hacia la población de pueblos vecinos y los actos sodomitas de los solitarios pastores con sus rebaños.


Un ser mitad toro, mitad caballo


Donde hay discrepancias es sobre la forma del Escornau. Su fisonomía varía según fuese el tipo de pecado por el que fue enviado. Una primera descripción, que sería la encargada de expiar los males de los aighalenses hacia sus vecinos, nos narra un engendro con los cuartos traseros de caballo y la parte delantera de toro de cuya frente crecería un largo y agudo cuerno con sección espiral. La otra versión del fantástico ser, enviado esta vez por el pecado de sodomía de los pastores, nos lo describe como una mezcla de carnero y jabalí con un cuerno similar al anterior. Según cuentan en Aighal, el cuerno podía llegar a medir hasta tres metros que el Escornau afilaba contra las rocas.

Según cuentan, no pocas fueron sus víctimas, tanto hombres como ganado, pero con las mujeres parecía tener especial detalle. Normalmente, el Escornau mataba a su víctima y la dejaba allá donde estuviera pero, cuando su objetivo era una mujer, la ensartaba con su cuerno y la paseaba orgulloso como vanagloriándose de su gesta.

La intervención divina

Los habitantes de Aighal, atemorizados, realizaron batidas para atrapar al animal pero nada consiguieron. Las balas y las flechas no conseguían atravesar su piel. Ante tal fracaso recordaron el dicho que reza: “lo que Dios te da, Dios te lo quita”. Y rezaron pidiendo clemencia.

Se excomulgó al engendro, hubo rogativas y procesiones como la de la cofradía de la Vera Cruz que fue atacada por el Escornau enfurecido por la tentativa, como si realmente le hiciera daño. Su fin parecía cercano, los aldeanos habían encontrado el modo de deshacerse de él. Días más tarde la cofradía del Rosario volvió a salir en procesión y el Escornao apareció de nuevo. Cuando se disponía a atacar a las mujeres que portaban el estandarte de la Virgen, Dios intervino paralizándolo, y el animal empezó a hincharse hasta explotar.

Según cuenta la tradición, este hecho ocurrió a la altura de la llamada “Canchu la sangri” que, si algún curioso quiere visitar, aún está manchada de la sangre del Escornau.

Con la iglesia hemos topado


El cuerno de la bestia fue recogido y llevado a la ermita del Cristo en Aighal, llegando a considerarse reliquia con poderes de curativos y de buena ventura. En el pueblo, los más ancianos, comentan que incluso los “quintos” llevaban el bolsillo limaduras del asta para que les diera suerte y conseguir un número que les librara del servicio militar.

Actualmente se ha perdido la pista del cuerno del Escornau. En el S. XIX, el obispo de la diócesis de Coria conoció la existencia del asta y de la veneración que los aighalenses le procesaban. Escandalizado por esta adoración casi pagana decidió llevarse el cuerno, privando a los descendientes de los cazadores de la bestia de parte de su historia.

audio a donde se hace referencia




FUENTE

sábado, 16 de mayo de 2015

el soldado de Manila que apareció en México








Cuentan antiguas crónicas que en la mañana del 25 de Octubre de 1593 apareció en la Plaza Mayor de México un soldado paséandose con su arcabuz al hombro, y preguntando a todo cuanto pasaba el clásico “¿quien vive?”, como si estuviera de guardia en una fortaleza. Se le notaba algo inquieto, como si estuviese perdido o buscando algo. Muchos lo tomaron por loco o chiflado, pero hubo quien, más perspicaz, notó que su uniforme no era similar al de los soldados de la guarnición de la ciudad, sino que era a todas luces de un regimiento foráneo. Al momento la noticia del extraño soldado corrió como un reguero de pólvora por toda la ciudad y acosado por mucha gente que le inquiría su procedencia, el soldado contó una historia que en ese momento se tomó por increíble: aseguraba haber estado de guardia la noche anterior en una garita de la muralla de Manila (islas Filipinas, entonces bajo dominación española) y que de pronto, se encontró en esa Plaza, a la cual no reconocía, lo cual le parecía muy extraño, pues juraba que conocía toda la ciudad de Manila como la palma de su mano. Hasta ese momento el soldado pensaba que estaba aún en Manila pero debió quedar pasmado cuando se le informó que se hallaba en México, la capital del Virreinato de Nueva España ¡a 8,000 millas marinas de distancia (unos 15,000 kms)! Y teniendo en medio el turbulento océano Pacífico, nada menos.

El asunto en sí no habría tenido tanta resonancia y quizás hubiese sido tomado como una broma ridícula de un desertor, que pretendía así evadir su responsabilidad, si no fuera por el hecho que el soldado informó también del asesinato del gobernador de la Filipinas, Gómez Pérez Dasmariñas, durante su expedición a la conquista de las Molucas, suceso sangriento ocurrido el día anterior y que según el soldado, era la última noticia de importancia que supo durante la última noche en que estuvo de guardia en Manila. Resulta que no había forma que nadie en México conociese las noticias de Filipinas un día después de ocurridos, en una época en que aún no existía el telégrafo ni el cable submarino. Aún con los medios de transporte disponibles hoy día, sería también imposible que un hombre cubriese la ruta Filipinas-México en una sola noche. En esa época, siglo XVI, las noticias de Filipinas a México tardaban meses en llegar, debido a que la única vía de acceso a través del Pacífico era la ruta denominada el Galeón del Pacífico que demoraba un promedio de 4 a 6 meses en arribar a las costas mexicanas.
                                     


                        
Plaza de armas de México colonial. Al fondo la Catedral 




¿Era posible que un hombre pudiese trasladarse así, en un abrir y cerrar de ojos, al otro lado del mundo? Algunos recordaban que en la traducción griega del libro de Daniel (14:34-37), se cuenta un episodio similar, protagonizado por el profeta Habacuc, que por obra de un ángel fue “teletransportado” de un soplo desde Judea hasta Babilonia, en donde llevó comida a Daniel, quien se hallaba en el foso de los leones.

Por el momento, y hasta la llegada del Galeón de Manila, no era posible pues saber si el soldado decía la verdad; en todo caso, de ser cierto, tal prodigio no podría ser sino obra del demonio, por lo que la Inquisición tomó cartas en el asunto y el pobre militar fue a dar con su alma a la cárcel de México. Sin embargo, tras una serie de pesquisas, el tribunal decidió devolver al soldado de vuelta a las Filipinas, embarcándolo en Acapulco. Se ignora las razones de tal decisión, tan así que ni siquiera en los archivos del Santo Oficio se menciona este caso. Como si se hubiese decidido silenciar el asunto. Lo que si está claro es que debió comprobarse que en efecto, el soldado pertenecía a la guarnición de Manila; incluso el cronista español que relata este hecho, Gaspar de San Agustín, asegura que conoció a muchos en Filipinas que le certificaron la veracidad de este suceso.





                               


Y cuando el Galeón de Manila llegó meses después a las costa de México, se comprobó que todo lo contado por aquel soldado era cierto: el Gobernador Pérez Dasmariñas, había sido asesinado de un hachazo en la cabeza, cuando se hallaba a bordo de su navío frente a Punta Azufre (Mar de Célebes); el incidente ocurrió durante un motín de remeros chinos, quienes se habían cansado de los maltratos sufridos, y a la vez fueron tentados de codicia por las riquezas que transportaba la nave; el cadáver del gobernador, así como del resto de los tripulantes españoles asesinados fueron arrojados al mar.

A propósito de este suceso cuenta Gaspar de San Agustín que ocurrió también otro episodio en Manila que podríamos catalogarlo de “paranormal”: en el mismo día de aquel asesinato, amaneció cuarteada la pared en que estaba pintado el retrato del gobernador (ubicado en la portería del convento de San Agustín), precisamente en la la cabeza, donde el asesino le hundió el hacha. En 1640, el Padre Diego de Aduarte refirió también que: “Catalina Díaz había tenido una visión del gobernador Dasmariñas con cabeza abierta (por un golpe) y bañado en sangre”. Otro portento fue relatado por el P. Juan de la Concepción quien refiere que: “Una imagen religiosa colgada en la pared del convento de San Agustín en Intramuros de Manila cayó al suelo esa misma noche”.

Según la mayoría de historiadores, la muerte del gobernador Pérez Dasmariñas ocurrió el día 25 de octubre de 1593, y dicha noticia debió ser conocida en Manila, cuanto menos, en la noche de ese mismo día. Lo que aparentemente contradice el relato del soldado “teletransportado”, quien apareció en la Plaza de México en la mañana de ese mismo 25 de octubre, y afirmó que la muerte del gobernador había ocurrido un día antes, lo que los habitantes de México interpretaron, lógicamente, como el día 24 de octubre. Pero… ocurre que existe un detalle que ni los mismos cronistas antiguos tomaron en cuenta: la diferencia de horario entre Manila y México, que es de 15 horas: cuando en México son las 6 a.m. en Filipinas son las 9 p.m. de ese mismo día. De modo que la versión del soldado, que afirmaba haberse enterado en Manila del asesinato del gobernador en la noche del 25 y que inmediatamente apareció en México, cuando ya era de mañana, se ajusta perfectamente a los cambios de horario: el soldado creía que era la mañana del día 26, pero en realidad seguía siendo el día 25, según el horario de esta parte del mundo.



Simón Chara G.


 (1) La versión completa sobre este episodio transmitido por fray Gaspar de San Agustín es la siguiente: “Es digno de ponderación que el mismo día que sucedió la tragedia de Gómez Pérez, se supo en México por arte de Satanás; de quien valiéndose algunas mujeres inclinadas a semejantes agilidades, transplantaron a la plaza de México a un soldado que estaba haziendo posta vna noche en vna Garita de la Muralla de Manila, y fue executado tan sin sentirlo el soldado, que por la mañana lo hallaron paseándose con sus armas en la plaza de México, preguntando el nombre de cuantos pasaban. Pero el Santo Oficio de la Inquisición de aquella ciudad le mando bolber a estas islas, donde lo conocieron muchos, que me aseguraron la certeza de este suceso…”. (Conquista de las Islas Filipinas, Madrid, 1698. Parte primera). El relato sería posteriormente novelado y popularizado por el escritor mexicano Luis González Obregón (1865-1938) en su conocida obra “Las Calles de México”, una colección de relatos o tradiciones al estilo del creador de dicho género, el peruano Ricardo Palma. Otro escritor mexicano, Artemio del Valle Arizpe, también la cuenta en Historia, tradiciones y leyendas de las calles de México (1959). Y de estas obras saltó después a los libros y páginas esotéricas; es mencionado por ejemplo, en “Grandes temas de lo oculto e insólito”, de Tomás Doreste y otras de nivel más ínfimo, que lo relacionan con los ovnis y alienígenas. Pero a diferencia de otros “casos insólitos”, este es uno de los pocos que si está documentado. El hecho que el relato del cronista San Agustín sea más de 100 años posterior al suceso y que a la vez sea el único que lo certifique (pues los escritores posteriores lo único que hacen es seguir su relato) es razón para que muchos no lo tomen en serio, en especial para los escépticos que no admiten nada que tenga que ver con portentos o fenómenos paranormales.

fuente
 http://singularidadesscg.blogspot.mx

lunes, 4 de mayo de 2015

El hombre pez de Liérganes


EL HOMBRE-PEZ DE LIÉRGANES

Esta leyenda comienza en el año 1658, el año del nacimiento de Francisco de la Vega Casar en el pequeño pueblo de Liérganes, en Santander. A Francisco le gustaba mucho nadar y sobre todo pescar, oficio que había aprendido de su padre, pero tras la muerte de éste, tuvo que irse a Bilbao para trabajar como carpintero.

Un día, Francisco decidió ir con unos amigos a nadar en la ría de Bilbao. Allí estuvieron sumergidos durante todo el día. Pero a la hora de regresar a casa, Francisco no apareció; se había alejado demasiado de la orilla. Sus amigos lo buscaron desesperadamente pero no consiguieron localizarle por lo que supusieron que se habría ahogado debido a algún remolino de la ría. Aún así, tras avisar al jefe del taller donde trabajaba Francisco, montaron un equipo de búsqueda, pero todos los intentos fueron en vano; había desaparecido.

Durante el verano de 1679, unos pescadores que navegaban en las aguas de Cádiz vieron un pez muy grande. Sorprendidos por los movimientos del pez, decidieron pescarlo para averiguar qué tipo de animal era aquel. Al cabo de unos días consiguieron capturarlo con sus redes y lo arrastraron al muelle

Pero la sorpresa de los pescadores fue mayúscula cuando, al desenrollar la red vieron a un ser humano de gran estatura, piel pálida y cabello rojizo cuyo cuerpo poseía escamas de pez y sus manos se asemejaban a las patas de un pato. Inmediatamente lo durmieron y lo llevaron a un convento cercano.

Los monjes aseguraron que aquel hombre estaba poseído por el diablo y llevaron a cabo varios exorcismos, pero lo único que lograron fue que el hombre-pez pronunciara la palabra "Liérganes". Los monjes enviaron un emisario al pueblo de Santander para avisar del episodio. Al día siguiente Francisco fue trasladado de vuelta a su casa con su madre.

Pero Francisco no reaccionaba ante nada; no hablaba, no comía... Hasta que en 1687, su madre advirtió un ruido muy extraño y vio a Francisco salir corriendo y sumergirse en el río Miera sin que nadie pudiera detenerlo. Desde entonces nadie ha vuelto a saber nada sobre Francisco aunque aún hoy son muchos los que buscan algún indicio del hombre-pez.

Leyenda popular española.

viernes, 27 de marzo de 2015

LA BI-LOCACION DE SOR MARIA




Muchos son los enigmas y casos misteriosos alrededor de la religión que ha servido para llenar centenares de libros relatándolos. El de los milagros, apariciones y transmisiones de mensajes a la humanidad a través de ciertos personajes, es un apasionante tema que da mucho de sí y que podría darnos para escribir un buen número de posts, siempre desde el punto de vista más escéptico, evidentemente.

Este gran número de sorprendentes casos nos lleva a ser selectivos a la hora de elegir de cuales hablar en el Cuaderno de Historias y entre los elegidos se encuentra la curiosa historia de la monja Sor María Jesús de Ágreda, quien llegó a convertirse en asesora personal del mismísimo rey Felipe IV.

                                       

El motivo de que alcanzase tal privilegiada posición tuvo que ver con unos supuestos contactos de la monja con la Virgen María quien, según la religiosa, le había dictado una serie de mensajes que transcribió estando en trance y convirtió en una obra literaria titulada 'Mística Ciudad de Dios'.

Pero otros hechos también colaboraron para que Sor María Jesús de Ágreda alcanzase una importante fama; entre ellas el de la bilocación o, dicho de otra manera, la virtud de poder estar en dos lugares al mismo tiempo.


Esta monja, que vivió enclaustrada en su convento durante la primera mitad del siglo XVII, es señalada en escritos de la época como la misma que se encontraba a 15.000 kilómetros de distancia, evangelizando a los indios nativos que residían en la, por entonces, inexplorable zona de Nuevo México y Texas.

Así lo hizo saber el portugués Alonso de Benavides, un monje franciscano que a su vuelta del Nuevo Mundo en 1630 viajó hasta España con el fin de conocer en persona a Sor María Jesús de Ágreda, debido a que los indígenas del nuevo continente, que supuestamente no debían haber tenido contacto anterior con evangelizador alguno, mostraron cruces realizadas con ramas y explicaron cómo una 'dama de azul' había llegado hasta allí para hablarles de Dios y cuya descripción coincidía con la de la religiosa española.

Las continuas entradas en trance de la monja y su relato de cómo había viajado espiritualmente hasta tierras desconocidas, hicieron desconfiar al credo, quienes a través del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición la investigó e interrogó en dos ocasiones a lo largo de su vida (1635 y 1650), no pudiendo demostrar finalmente ningún acto fuera de los cánones establecidos por parte de iglesia.

La noticia sobre la religiosa llegó hasta oídos del monarca Felipe IV, quien se interesó sobre el caso, poniéndose en contacto con la monja mediante correspondencia, ya que estaba muy interesado en saber si había algún mensaje divino para él.

Sor María Jesús se convirtió en consultora real, ganándose la confianza del monarca y dándole todo tipo de consejos de cómo dirigir sus reinos y a quiénes destituir de sus cargos.

El fallecimiento de Baltasar Carlos de Austria en 1646, primogénito y heredero al trono, sumió en una profunda depresión a Felipe IV, llegando a visitar en persona a la religiosa con la intención de preguntar por el alma de su anhelado hijo, fortaleciéndose a partir de ahí el importante vínculo que unió a ambos a lo largo de las siguientes dos décadas.

El 2 de mayo de 1665, a la edad de 63 años, fallecía Sor María Jesús de Ágreda. Su cuerpo permanece expuesto al público en el mismo convento en donde ejerció como abadesa, con la peculiaridad de que sigue incorrupto desde entonces. Varias han sido las acciones que se han emprendido con la intención de que fuese beatificada, no habiéndose conseguido tal propósito.

FUENTE

mariadeagreda / javiersierra / espaciosocultos


viernes, 30 de enero de 2015

EL SILLON DEL DIABLO

La leyenda de La silla del Diablo se remonta al año 1550, cuando se fundó la primera cátedra de anatomía humana de España en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, dirigida por Alonso Rodríguez de Guevara, quien llevó a cabo las primeras disecciones humanas en España, gracias a un permiso real. A dicha universidad asistió un joven de origen portugués llamado Andrés de Proaza, de 22 años de edad, con gran interés por la anatomía humana.


La leyenda relata que ese mismo año se denunció la desaparición de un niño de 9 años, mientras que los vecinos de la calle Esgueva de Valladolid declararon que desde el sótano de la casa del joven Andrés, cuyas traseras dan a la actual calle de la Solanilla, se oían gemidos, llantos y extraños ruidos y veían salir agua sanguinolenta a través del desagüe, que teñían de rojo las aguas de uno de los ramales del río Esgueva




Los vecinos alertaron a las autoridades de la ciudad. El hallazgo al abrir el sótano fue espeluznante: en una mesa de madera encontraron el cuerpo del niño desaparecido, despedazado tras haberle practicado en vida una autopsia. Además se hallaron cadáveres de perros y gatos en la misma postura que el cuerpo humano de la mesa.

Andrés confesó que tenía un pacto con el Diablo a través de una silla que estaba en su escritorio, en la que se sentaba a escribir sus terroríficas ideas, y sus espantosas notas de la nigromancia o autopsias que practicaba con los seres vivos que cazaba. Al sentarse en este sillón, el diablo le ofrecía toda la sabiduría del mundo en medicina y se comunicaba con él.



Al proceder a registrar los pisos superiores de su casa se encontró la silla, fabricada con madera de cedro, con respaldo y reposo de cuero y color marrón.

Proaza fue condenado por la Inquisición a morir en la hoguera. Sus inmuebles, y con ellos el sillón, fueron expuestos en subasta pública, pero nadie los adquirió debido a la fama de nigromante que acompañaba a su dueño.
El sillón se mantuvo en posesión de la Universidad de Valladolid.



Hasta el derribo del edificio histórico de la Universidad, el sillón se encontraba colgado patas arriba del techo de la capilla universitaria y a partir de entonces se trasladó al Museo Arqueológico de Valladolid. Con motivo del sexto centenario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid formó parte de las piezas que se mostraron en una exposición conmemorativa en el Museo de la Universidad de Valladolid, cuando este museo estaba situado en el Palacio de Santa Cruz.

Se trata de una silla de brazos desmontables datable en la segunda mitad del siglo XVI, según la historiadora vallisoletana Eloísa Wattenberg García.
La leyenda que ha llegado hasta nuestros días relata que aquel que se sienta en la silla, muere a los dos o tres días o tal vez adquiere todo el conocimiento del mundo.

FUENTE

jueves, 13 de noviembre de 2014

EL IDOLO DE LA FERTILIDAD DE ALMARGEN (MÁLAGA-ESPAñA)



situado entre las sierras de Cañete y Zorrito, configurando de manera diferenciada la orografía de la malagueña comarca del Guadalteba, Almargen se presenta al curioso viajero como un paisaje fronterizo entre la Serranía de Ronda, la Málaga llana del norte y las campiñas sevillana y gaditana. Como otras villas de esta zona, Almargen es una más de esas poblaciones de la llanura que tienen su principal medio de vida en la agricultura, que cobra su forma en un paisaje de olivos, campos de cereal y girasol.

  

Una roca del III milenio antes de Cristo

   

Almargen ha sido, desde tiempos muy remotos, un atractivo y rico lugar donde la mayoría de las culturas que han pasado por estas tierras del Sur de Europa ha dejado un importante y valioso legado histórico-cultural. Así lo testimonian los numerosos yacimientos arqueológicos ya encontrados y los que con frecuencia afloran a ras de tierra, confirmando la presencia de asentamientos ancestrales correspondientes a la Edad del Cobre y del Bronce, y, más próximos a nosotros, a las épocas iberorromana e islámica.

Aunque el mayor número de vestigios de vida humana por esta zona se remontan al final del Neolítico, del que dan fe los fondos arqueológicos municipales, con una magnífica colección de pulimentos, hachas, azuelas y otros utensilios de piedra, los restos de mayor valor prehistórico corresponden a la Edad de los Metales, entre los que merecen citarse una estela grabada de la Edad del Bronce o un ejemplar de las primeras espadas correspondiente a este periodo arcaico.

Pero, entre los restos arqueológicos de Almargen, lo que sin duda ha llamado, y llama, más la atención de expertos y profanos es una pieza pétrea que ha sido identificada ya en la historia de la Arqueología como un ídolo de la fertilidad cuyos orígenes se han fijado en el III milenio antes de Cristo.

  
              
              
Almargen. Vista aérea.
(Foto: SUR)
  

Hallazgo casual

  

La fecha exacta del hallazgo del ídolo es desconocida para todos. Sí se sabe que lo encontró un vecino del pueblo cuando estaba llevando a cabo unas reformas en los cimientos de su casa en la avenida de El Saucejo, de Almargen. En un principio no le dio importancia alguna; sin embargo, la forma de aquella gran piedra hubo de llamarle en algo la atención y la colocó como adorno en su jardín, incluso llegó a darle una mano de cal con motivo de unas mejoras de la casa.

Casualmente, un día de 1993, el vecino en cuestión hizo referencia de su hallazgo a Francisco Hidalgo, concejal de Cultura de la villa, quien, al observar las singulares características formales de la piedra, se puso en contacto con varios expertos de la Universidad de Málaga, los cuales se desplazaron al pueblo a evaluar las posibilidades históricas de la roca. Como resultas de sus pesquisas, quedó fijada la antigüedad milenaria de la roca y confirmada su consideración de ídolo o diosa de la fertilidad por los moradores prehistóricos de aquella zona.

La opinión de los peritos motivó que el vecino se plantease un sitio más conveniente para la conservación de la pieza pétrea paleohistórica y concluyese haciendo donación del hallazgo al Ayuntamiento para su custodia y exposición junto a otros utensilios arcaicos encontrados con anterioridad. De esta forma, el Ayuntamiento obtuvo una de las donaciones arqueológicas de más importancia de todo el municipio.

   

El ídolo de la fertilidad

  

Sin lugar a dudas, se trata de una pieza de un valor y calidad excepcionales. El ídolo está labrado en mármol blanco perfectamente pulido y adopta la forma de un falo, como simbolización de lo masculino, y de una mujer embarazada, simbolización de lo femenino y la fecundidad. Tiene forma ovoidal, sensiblemente alargada, y sección circular, marcándose en uno de sus extremo el glande y en el otro extremo se percibe una representación facial, enmarcada por un atenuado ribete, con los arcos orbitales y la silueta nasal bien definidos; un abultamiento a media altura de la pieza muestra a la figura en estado de gestación. Sus orígenes se han cifrado en la Edad del Bronce, con una antigüedad de 5.000 años; su tamaño es de 50 cm de longitud y alcanza un peso de 33 kg.

  La posición del ídolo sería obviamente vertical, estabilidad que mantendría al quedar embutida en la tierra, a fin de mostrar la participación de las deidades en la germinación de los campos, la fecundidad del ganado y la fertilidad de sus adoradores.

Desde su descubrimiento, la pieza arqueológica está expuesta en un recinto del Ayuntamiento dentro de una urna de cristal, que sólo se levanta cuando una mujer solicita acariciarla para quedarse en estado.

  
                             

La pieza pétrea ha sido identificada ya en la historia de la Arqueología como un ídolo de la fertilidad cuyos orígenes se han fijado en el III milenio antes de Cristo. Llama la atención el gran parecido que guarda con un falo humano y la figura embarazada de una mujer.
  

Un remedio para el embarazo

  

El valor primigenio de esta forma pétrea parece haber resurgido, tras tantos años de letargo, entre las gentes del lugar y de muchos otros, como veremos. En un principio, la existencia de este ídolo de la fertilidad pasó casi inadvertida entre los vecinos de la localidad. Pocas fueron las personas que habían imaginado que aquella talla marmórea pudiese estar dotada de algún poder, pero hoy en día se ha transformado en una esperanza para las parejas que quieren tener un hijo.

Según contaba el diario SUR al hacerse eco de la evaluación prehistórica de la roca y de su exótico simbolismo, la creencia de la eficacia de la pieza en conseguir que una mujer se quede embarazada tiene un origen puramente fortuito. En ese año de 1993, Dori Serrano, una vecina del municipio, se enteró por su cuñado, auxiliar de la Policía Local de Almargen, de que un vecino había donado al Consistorio una suerte de figura prehistórica que había sido relacionada por expertos universitarios con los deseos de fertilidad del hombre prehistórico y que una estudiosa de la pieza que había venido al pueblo se había quedado embarazada.

Dori, de 39 años, que llevaba 16 intentando infructuosamente quedarse en estado y se había planteado ya la adopción de un niño, aprovechando la ocasión de tener que solventar unos trámites burocráticos en el Ayuntamiento, solicitó de su cuñado que le mostrara la piedra y decidió probar suerte tocándola. Sorprendentemente, un test de embarazo confirmó, al mes siguiente, que había conseguido su sueño.

Después de aquel aparente milagro, la fama de la piedra con forma de falo y cuerpo de mujer en estado de gestación pasó de boca en boca por todo el pueblo, se propagó por toda la provincia e incluso llegó a traspasar las fronteras del país. Se inició entonces un continuo peregrinar de mujeres a Almargen, desde cualquier rincón de España e incluso del extranjero, para tocar la piedra.

  
                             
La piedra fálica tal como se expone en la villa en que fue encontrado.
  

Anhelos y testimonios

  

Tanta es la fama del ídolo que, al lado de éste, se ha colocado un libro en el que las parejas llegadas para agraciarse del beneficio de la piedra pueden expresar sus anhelos maternales, e incluso su agradecimiento.

Entre las expresiones de esperanza que pueden contrastarse en el libro, figuran algunas redactadas en estos términos: «Somos de Alcalá del Valle y vengo desde Suiza. Somos un matrimonio joven y deseo que esta preciosa piedra haga nuestro sueño realidad». Esta expresión de deseo aparece firmada en septiembre del año 2000. Como se ha dicho, los hay también de agradecimiento, y así podemos leer: «Somos José y Eva. Hemos vuelto de Mollet (Barcelona) a cumplir la promesa que el 8 de agosto de 2000 hicimos juntos. Ahora estoy de 20 semanas y sé que es un varón».

Sea un placebo el embarazo de muchas mujeres o que el número de anhelos frustrados sea tal que jamás llegue a conocerse, sea o no real el poder de este ídolo de la fertilidad encontrado casualmente en los cimientos de una casa en construcción, lo cierto es que, desde que la figura se ha expuesto al público, se cuentan por centenares las parejas que han conseguido realizar un sueño a veces inalcanzable, tener un hijo. 

FUENTE
 
José Antonio Molero Benavides