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viernes, 21 de agosto de 2015

LA PASCUALITA (CHIHUAHUA-MEXICO)

Un 25 de marzo, Día de la Encarnación, del año de 1930, llegó a la ciudad de Chihuahua al aparador de La Popular, La Casa de Pascualita, un maniquí que conmocionaría a propios y extraños por tener una imagen viviente y por el asombroso parecido con su propietaria, la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez, y con su hermana Cuca, así como por la influencia de las películas de misterio que se proyectaban en aquella época”.  
Letrero en La Popular



 Esta leyenda es suigéneris pues trata de un maniquí que permanece hasta nuestros días y que es objeto de la visita de los sabedores de esta historia, quienes visitan el aparador de la tienda para novias más antigua de México, La Popular, justo en la esquina de las calles Ocampo y Victoria, en pleno centro histórico de Chihuahua.
Es ahí donde se encuentra “Pascualita”, aunque su dueña la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez, dueña del establecimiento realmente la nombró “Chonita”, pero la llamaban “la hija de Pascualita” y finalmente se acortó a “Pascualita”, o conocida también como “la novia más bonita de Chihuahua” debido a los vestidos que modela.
Pero fue que desde su llegada llamó poderosamente la atención de los transeúntes pues algunos dicen que es un maniquí de cera muy bien confeccionado, pero hay quienes aseguran que es el cuerpo embalsamado de una joven mujer y que en las noches cobra vida y cambia de posición.

Y es que el minucioso trabajo en su elaboración está cargado de un realismo que a veces da terror: el tinte de la cera que forma su piel, sus estilizadas y súmamente detalladas manos, el pelo natural meticulosamente insertado en su cabeza y sus pestañas, unos ojos de cristal que rayan en la perfección y que generan una mirada penetrante y sugestiva, aunada a una misteriosa sonrisa han provocado que más de uno se detengan creyendo que es un ser con vida… o que alguna vez la ha tenido, lo que ha generado muchas leyendas a su alrededor.
De su origen se cuentan dos versiones:
Se dice que  llegó a México desde París para adornar los aparadores del Puerto de Liverpool, y que en un viaje de compras de la señora Pascualita la vio y quedó prendada de este maniquí pues se parecía a su hermana y a ella misma; insistió en que se lo vendieran, amenazando incluso con dejar de comprarles suministros si es que no accedían, y como era tan buena clienta y tanta su insistencia que terminaron vendiéndoselo.
La otra versión y quizá la más popular, tiene dos vertientes, se dice que la señora Pascualita había tenido una hija y que justo el día de su boda fue víctima de una picadura de un alacrán escondido en su tiara, teniendo una muerte fulminante en el altar. Otra vertiente dice que fue apuñalada por un pretendiente celoso, justo cuando estaba en el altar. En ambos casos,  se cuenta que su madre decidió embalsamarla, y recubrirla de parafina y cera, vistiéndola siempre con vestidos nupciales para recordar que murió antes de casarse y hacer de ella un maniquí que estuviera en su tienda para que estuviera siempre a su lado. Doña Pascualita nunca desmintió el rumor popular, con lo que se propagó como pólvora.

Pero fue en los años sesenta que surgieron rumores de que la Pascualita era capaz de moverse, pues según algunas personas, sonreía por algunos segundos o les seguía con la mirada; si la veían fijamente, decían que su fantasma les seguía algún tiempo; o que aparecían venitas rojas en los ojos por unos segundos; incluso hay quien afirma haberla visto bajarse de su plataforma para internarse en la trastienda, y regresar a su sitio más tarde con un vestido diferente (sobre todo si el vestido no le gusta).  Entre las empleadas de la tienda, se dice que hay quién ha renunciado porque vieron llorar o moverse a La Pascualita, o quién mientras la cambiaba, observó cómo le aparecían venas verdosas en las piernas para luego desaparecer.
Estos rumores se intensificaron con la muerte de la señora Pascualita en 1967, con lo que algunas personas sugerían que el espíritu de la dueña se metió en el maniquí. Otra versión menos creíble apunta a que la hija de Pascualita se enamoró de un taxista pobre, y su madre que quería un mejor partido para su hija terminó asesinándolo, a causa de esto, su hija se suicidó lanzándose por un barranco y su alma poseyó el maniquí. Dada esta versión, hay quién afirma que La Pascualita, a veces cuando ve un taxi, se sube como un ente fantasmal para luego desaparecer del vehículo.
Otra de las historias de Pascualita es la del chamán extranjero que se enamoró del maniquí y que pidió a las fuerzas del más allá el poder resucitar a tan bella figura durante los dos meses que vivió en la ciudad de Chihuahua y todos los días, al llegar las diez de la noche, esperaba a Chonita en la calle Victoria para hacerse acompañar de tan incomparable belleza. Llevándola del brazo visitaba los mejores lugares de entonces

Otras leyendas han surgido a partir de esta:
  • No es raro que las próximas novias insistan en adquirir el vestido que modela la Pascualita pues es de tradición que sus madres y sus abuelas también lo hicieran y haya sido de buena fortuna para sus matrimonios, con lo cual además del vestido, adquieren un amuleto que traerá un matrimonio feliz y exitoso.
  • También se cuenta de aquél caso de una pareja de novios que discutía en contra esquina de donde se encuentra el maniquí. La joven novia se disgustó con su prometido y al cruzar la calle, el hombre enojado la siguió y le disparó, y al caer la joven miró al maniquí y le suplicó: “¡Sálvame Pascualita!”. Aparentemente a causa de la milagrosa intervención de la novia de cera, logró conservar su vida y por eso va a encenderle velas cada cierto tiempo, a modo de agradecimiento, aunque el gerente la remitió a que las veladoras las pusiera en la Catedral Metropolitana a cualquier santo.
  • Es tan grande el impacto de La Pascualita que hay personas que contratan músicos para que le den serenatas con el objetivo de que no se sienta tan sola.
  • Se cuenta que era tan grande el rumor de que La Pascualita era un cadáver embalsamado que ante ello, llegaron autoridades judiciales para hacer una inspección, determinando que efectivamente era un maniquí. Otra versión indica que al ingresar a la tienda les dijeron que regresaran después pues La Pascualita estaba siendo bañada, lo cual se les hizo sospechoso por lo que insistieron. Finalmente les mostraron al maniquí envuelto en bata y con una toalla en el cabello, dejándoles revisar únicamente el rostro por “respeto al pudor”, quedando la duda de qué había bajo la bata.
Sea como sea, La Pascualita recibe el trato de toda una dama, dándole limpieza y lavando champú y  peinando su larga cabellera de pelo natural cada semana y el fenómeno ha traspasado fronteras, ya que se ha escrito de ella en en alemán, inglés y por supuesto en español, e incluso cuenta con una página de Facebook.  También es parte de los recorridos turísticos por la capital del estado, e incluso cuenta con un corrido titulado La Pascualita, interpretado por el grupo Los Archies.
FUENTE

martes, 3 de marzo de 2015

La desconocida cultura Paquimé o Mogollon (Mexico-Usa)

Paquimé es una zona arqueológica de la Cultura de Paquimé, está localizada aproximadamente a 350 km al noroeste de la ciudad de Chihuahua, en el estado de ChihuahuaMéxico y a medio kilómetro del poblado de Casas Grandes. Esta zona arqueológica fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998
Fue un asentamiento prehispánico que influyó en el noroeste de la Sierra Madre Occidental; la mayor parte del oeste de Chihuahua y algunas áreas de los estados de Sonora, Arizona, Utah, Colorado yNuevo México.

 Los investigadores calculan que la población probablemente llegó a tener unos 3500 habitantes, pero se desconocen su filiación lingüística y étnica.

El sitio es famoso por sus construcciones de adobe y sus puertas en forma de “T”. De su extensión total sólo una fracción está cercada y una menor excavada. Sus edificios tienen rasgos de la cultura de Oasisamérica y demuestra la destreza de los arquitectos prehispánicos de la región.
Petroglifos en White Sands usa

En el oeste de esta población hay una hilera de estructuras construidas con relleno y piedra que probablemente estuvieron cubiertas con cal pintada; ésos fueron los centros ceremoniales.
petroglifos de sierra blanca,estados unidos

Algunos investigadores sostienen que Paquimé tuvo un desarrollo cultural autóctono de la cultura Salado de Oasisamérica. Otros afirman que fue el resultado de la invasión de una élite del altiplano mexicano o México central.
Así se generó un puesto de comercio foráneo dedicado a la producción de plumas de guacamayas, al intercambio de conchas, cerámica, cobre, etcétera.
Los objetos que más distinguen a Paquimé son justamente sus vasijas de barro; a las que se les denomina Olla. Esto, porque más que un artículo de uso simple, como sería un jarro, son ceremoniales o decorativas y por ende sería más apropiado llamarles jarrones. En México, es más usual llamar jarro a una vasija para agua u otra bebida.

Los pobladores de Paquimé dejaron como legado miles de vasijas decoradas en las que plasmaron sus propios rostros, las formas de sus cuerpos, la decoración de los mismos, los animales de su entorno y muchas otras figuras más.
Paquimé alcanzó su máximo desarrollo en entre 1060 y 1340. Durante esa época se construyeron viviendas de varios pisos, las cuales contaba con servicios de drenaje y calefacción. También se edificaron lugares especiales para adorar a sus dioses y acueductos para abastecerse de agua.
Hacia 1340, la ciudad de Paquimé inició una etapa de debilitamiento y fue abandonada por sus habitantes. Se desconoce el motivo por el cual la población emigró hacia otros lugares.


La cultura de Paquimé es una cultura que se desarrolló en el área Mogollón en Oasisamérica. La máxima expresión de esta cultura se encuentra en la región de Casas Grandes (Chihuahua, México), particularmente en el sitio epónimo de Paquimé.



En el año 700 d. C. dio inicio la cultura Paquimé en la zona de Casas Grandes con la práctica de la agricultura y construcción de pequeñas casas de adobe semisubterráneas y circulares construidas a la orilla de los ríos Piedras Verdes, San Pedro y San Miguel, dichos ríos forman al unirse el río Casas Grandes.

                            

El origen de la cultura Paquimé (superárea cultural mesoamericana) tuvo lugar unos 2 mil años después de la separación de las culturas Mesoaméricanas y Aridoaméricanas. Algunos de los pueblos aridoamericanos practicaban el cultivos como la zona desértica del norte de México y el sur de los Estados Unidos fue gradual y dilatado: hacia el año 600 d. C. (periodo que coincide con la época del ocaso teotihuacano), algunos grupos aridoaméricanos recién habían adquirido las técnicas agrícolas.
                                               
                           

Cuarenta Casas

Es un sitio arqueológico ubicado a 336 kilómetros al noroeste de la capital del estado mexicano de Chihuahua específicamente en el Municipio de Madera. En esa zona se encuentran varias cuevas con construcciones en su interior, de ellas la más conocida es la Cueva de las Ventanas. Las Cuarenta Casas recibieron ese nombre porque los primeros exploradores españoles desconocían el número de cuevas con construcciones en su interior, ahora se sabe que el número de cuarenta casas es incorrecto, sin embargo el nombre se ha respetado.
 


La construcción de las cuarenta casas ocurrió durante la época de mayor esplendor de Paquimé (1205 a 1260 d. C.), época que corresponde al período tardío de la cultura Paquimé. De ésa época datan las construcciones; en ése tiempo la zona de Cuarenta Casas fue utilizada como punto de reunión para los comerciantes nativos del grupo Paquimé que se comunicaban con las costas del Océano Pacífico y el Golfo de California.

Se dice que el asentamiento de las Cuarenta Casas fue establecido para proteger las rutas comerciales de Paquimé. Se piensa que Paquimé, centro de la cultura regional debió de enfrentar muchos problemas para mantener sus rutas comerciales abiertas por lo que se miró obligada a crear asentamientos a lo largo para vigilar a los vecinos hostiles.

Se ignoran las razones por las que el asentamiento decayó, para el año 1340 d. C. Cuarenta Casas había dejado de existir, se piensa que fue tomado y destruido por sus enemigos. A la caída de Paquimé como centro social y cultural las rutas comerciales llegaron a su fin, quienes custodiaban las rutas abandonaron su misión y muchos asentamientos a lo largo de la ruta cayeron en el abandono. Después de ello, los pobladores se retiraron en busca de una forma de vida más sencilla, en ocasiones las cuevas de Cuarenta Casas volvieron a ser ocupadas con fines ceremoniales.

A la llegada de los primeros europeos, las cuevas aún estaban habitadas por el grupo original, por lo que los españoles pudieron recabar información acerca de su forma de vida, los aborígenes se autonombraban Jovas, y con ése nombre se referían a un grupo o familia más amplio. Esa etnia se considera en la actualidad extinta.

fuente:The Mogollon: Prehistoric Desert Peoples

jueves, 12 de febrero de 2015

LAS BRUJAS DE NAICA (MEXICO)





Naica es una pueblo del estado norteño de Chihuahua situada en el Municipio de Saucillo y dedicada a la minería desde el siglo XVIII. Aparte de su destacada producción de plomo y de su famosa Cueva de los Cristales de Selenita, es conocida porque es una ciudad maldita plagada de brujas que se la pasan haciendo daño a los sufridos mortales. Si las personas no toman las debidas precauciones y se recogen en sus casas antes de la diez y media de la noche, es muy posible que se arrepientan de por vida, si es que la conservan. Las brujas, esas malas pécoras, salen de las minas abandonadas en forma de bolas de fuego voladoras, para llevarse a las niñas.






Monserrat era una muchacha rubia, espiritual, frágil, delgada y etérea como un nebuloso ectoplasma que vivía en Naica. Obediente y dulce, todo el pueblo la apreciaba y la quería, sus padres la adoraban. Tenía la niña la costumbre de llevar siempre una camelia en el pelo. Pesar de su corta edad, pues solo contaba con diez y seis años, trabajaba en la panadería de don Isidoro, un español panzón y apestoso que había llegado a la ciudad de Naica deseoso de “hacer la América” y lo había logrado. Monserrat era la encargada de hacer el pan de bizcocho en la panadería, pues habilidad no le faltaba ni tampoco conocimientos que adquirió de su abuela doña Catarina, buena repostera ya fallecida. Monse, como la llamaban de cariño, salía de su trabajo a las nueve de la noche y se dirigía tranquilamente a su casa.




 Una noche de Luna llena, Monse se desvió un poco de su camino acostumbrado, para ir al lago a ver cómo la Luna se reflejaba en su superficie. Tan extasiada se encontraba gozando del espectáculo que se olvidó de la hora. Cuando tomó conciencia de su impertinencia, la campana de la iglesia sonaba las doce de la noche. Montserrat observó que de las montañas mineras se desprendían bolas de fuego que se acercaban rápidamente a la ciudad, trato de corre pero no pudo, una de las bolas se acercó a ella, se transformó en una horripilante y repugnante bruja que la tomó por la cintura, le mordisqueo el cuerpo y se la llevó.




 Nunca nadie supo más de Monse, pero todos sabían que las brujas se llevaban a las mujeres jóvenes para convertirlas en futuras brujas. Ese fue el horrendo destino de la panaderita, confirmado cuando cerca de lago encontraron una camelia marchita… Monse se había convertido en una espeluznante bruja de Naica.




Por Sonia Iglesias y Cabrera

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