viernes, 14 de noviembre de 2014

EL VOLCAN QUE NACIO EN UN DIA

El volcán Paricutín ostenta el título del volcán más joven de la Tierra, lo que permite a los científicos observar directamente las morfologías derivadas de la actividad volcánica apenas 60 años después de que se produjera.
Erupción del volcán Paricutín. Fuente: commons.wikimedia.org.
El volcán Paricutín es un cono que se encuentra en el estado mexicano de Michoacán. Territorio enclavado en el Cinturón Volcánico Transmexicano (CVT), lo que da lugar a una alta concentración de estos edificios volcánicos (19/100 km2). El CVT es una gran provincia fisiográfica con un elevadísimo vulcanismo que se viene sucediendo desde el Cenozoico hasta la actualidad. Su génesis está relacionada con la subducción de las placas tectónicas de Cocos y de Riviera por debajo de la plana Norteamericana.
Vista aérea del volcán Paricutín y su campo de lavas. Fuente: Google Earth.
El 20 de febrero de 1943, como declara el acta de nacimiento del volcán Paricutín,  ” [Dionisio Pulido] como a las 17 horas, sintió un fuerte temblor y estruendos en la tierra a lo que no hizo mucho caso ya que con frecuencia se estaban efectuando sismos desde hacía más de ocho días, pero siguió escuchando fuertes ruidos subterráneos acompañados de temblores y que entonces todo aterrado volvió la vista al Poniente o sea a su pueblo, observando con sorpresa que allá abajo en la Joyita se levantaban largas lenguas de fuego, con fuertes humaredas y estruendos nunca oídos”. 
9 años después del suceso antes nombrado cesó la actividad y tras ella quedaron en el lugar un precioso y regular cono de escoria (Paricutín), un cráter parásito (Zapichu) y un inmenso campo de lavas que cubrió los municipios de Paricutín y San Juan Viejo Parangaricutiro.

El cono del Paricutín tiene las características típicas de estos edificios volcánicos monogenéticos (se generan a partir de un sólo periodo eruptivo), formado por materiales piroclásticos sueltos de tamaño ceniza gruesa (2 mm) y lapilli (2-64 mm) de composición química homogénea y pendientes regulares de inclinaciones entre 30 y 35º. Alcanza, actualmente, una altitud aproximada de 2820 m.s.n.m. y unos 300 metros sobre el nivel de base.
Paricutín y Zapichu. Fuente: Elaboración propia.
El cráter está divido en dos chimeneas por un pequeño cordón detrítico y tiene una profundidad de 42 metros aproximadamente, dato que ha ido disminuyendo debido a la colmatación por parte de los materiales sueltos que se desprenden de las vertientes del mismo. Las laderas tienen pendientes entre 32 y 40 º, lo que genera una disimetría en la estabilidad de las laderas, fenómeno observable gracias a la presencia de vegetación o no.
Cráter del Paricutín. Fuente: Elaboración propia.
Las coladas de lava se extienden sobre uno 25 km2 y alcanzan una distancia máxima de 10 kms en el flujo que sepultó el pueblo de San Juan, por lo que recibe su nombre. Estas provienen en su mayoría de erupciones fisurales que se dieron en la base del cono, en unas estructuras denominadas “bocas” y también del volcán parásito Zapichu, que fue el último en expulsar coladas de lava.
Vista panorámica del campo de lavas desde el cráter del Zapichu. Fuente: Elaboración propia.
Su composición es principalmente basaltica-andesítica y su estructura es de tipo Aa, es decir, formada por bloques de aspecto extremadamente fragmentados y angulosos. Dentro de las coladas de lava pueden distinguirse varias estructuras características, de las que llaman la atención las denominadas como levées. Estas corresponderían con las paredes laterales de túneles de lava y su génesis esta relacionada con la disminución de la tasa de emisión de las coladas, lo que vacía los túneles y provoca el hundimiento del techo, dejando sólo esta morfología tan característica.
Levée volcánico en el campo de lava del Paricutín. Fuente: Elaboración propia.
Aunque atendiendo a los criterios clásicos para clasificar un volcán como activo o inactivo y a la presencia de cierta actividad que demuestra que aún queda calor remanente, como las fumarolas de vapor de agua (relacionadas con la infiltración y evaporación del agua meteórica y no con actividad magmática) deberíamos considerar al Paricutín como activo, sin embargo, la probabilidad de que vuelva a entrar en erupción es menor a que suceda un evento de las mismas características en algún otro punto cercano.
Hoy en día el volcán Paricutín está considerado como una de las maravillas naturales del planeta. Sin embargo, la escasa gestión y regulación que recibe el territorio donde está enclavado hace que sea muy vulnerable a la degradación, como se puede apreciar en la cantidad de basura que se puede encontrar por el camino. ¡Incluso en el cráter!. No obstante me consta que por parte de grandes profesionales se está trabajando en la conservación de este maravilloso entorno natural, así como en su investigación y en la posibilidad de explotarlo como recurso turístico, eso sí, siempre de una forma sostenible y responsable. Ya que, sin ninguna duda, el volcá Paricutín nos ofrece un paisaje y un conocimiento de nuestro bello planeta al que todo el mundo debería acercarse.
Campanario del pueblo San Juan de Parangaricutiro, sepultado por las lavas del Paricutín. Fuente: Elaboración propia.


Fuentes:
http://geonopia.com/
  • BULLARD, F.M. “Studies on Paricutín volcano, Michoacán, México”. Bulletin of the Geological Society of America. Mayo 1947.
  • INBAR, M. LUGO, J. VILLERS, L. “The geomorphological evolution of the Paricutin cone and lava flows, Mexico, 1943-1990″. Geomorphology, 1994.

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